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¿PARAMOS UN POCO? (JUZGAR)
 
 

La segunda parte del tema busca que el adolescente profundice en su vida y conecte la realidad que está viviendo con la fe que profesa, iluminándola con la Palabra de Dios (Biblia) y el Magisterio de la Iglesia, para que pueda descubrir la propuesta cristiana que ha de llenar de plenitud y felicidad su existencia.
Consta de dos partes:

Escuchamos la Palabra:

En “Escuchamos la Palabra” se presentan textos de la Sagrada Escritura en los que descubrimos cómo “la Palabra del mismo Dios y las palabras de los apóstoles y los profetas, hace resonar la voz del Espíritu Santo” (DGC 127).
Por ello, abordaremos esta parte, en primer lugar, presentando las circunstancias en las que fue expresado el texto. Después dejaremos que sea el mismo texto el que resuene con toda su fuerza. Por eso es importante preparar convenientemente el momento de la proclamación de la Palabra. No es sólo una lectura de un texto. Es hacer presente la fuerza del Evangelio como realidad viva para los adolescentes. Se recomienda, pues, crear ambiente de oración en el momento de leer el Evangelio, motivando la escucha y la meditación.
Junto con ello, es necesario que todos los miembros del grupo lean durante la semana esta parte, para que, aunque sea de forma superficial, vayan interiorizando los conceptos de los que se habla en los textos.
Una vez proclamada la Sagrada Escritura, debemos tratar que el adolescente la haga suya, que se sienta identificado con algún aspecto de lo que hemos leído, que se sienta llamado a reflexionar en su realidad a la luz de la Palabra.
No son palabras que se dijeron o escribieron hace veinte siglos, sino que se nos proclaman hoy de una manera nueva para iluminar y transformar nuestra vida en este momento.
Para conseguir este objetivo, se facilitan dos bloques de preguntas.
En el primero se va poco a poco familiarizando a los miembros del grupo con el tema, invitándoles a comentar los aspectos específicos de las circunstancias narradas en el texto.
Después se les estimula, gracias al segundo bloque de preguntas, para que den una respuesta en algún aspecto de su vida concreta.

Escuchamos a la Iglesia:

Es el momento donde el adolescente debe dar su segunda respuesta, en esta ocasión, en relación con la vida de la Iglesia. Por ello, aparte de los textos bíblicos, se incluyen en el Itinerario textos del Catecismo de la Iglesia Católica y del Youcat (Catecismo de la Iglesia para jóvenes)
Estos instrumentos nos ofrecen respuestas a los problemas del adolescente, pistas para la reflexión personal o comunitaria e inspiración para la oración.
Para trabajar esta parte sería fundamental hacer ver la estrecha relación que hay entre lo que se ha meditado y acogido desde la lectura y escucha de la Sagrada Escritura con la propuesta de fe y vida cristiana que ofrecen tanto los textos del Youcat como los del Catecismo.
Sintiéndonos dentro del seno maternal de la Iglesia, posibilitaremos que la transmisión de la fe sea vital y significativa para la vida de los adolescentes (cf. DGC 128).
El acompañante debe estar muy atento al grupo en este momento. Al ser una parte reflexiva, y con un gran peso específico de contenido y formación, el joven puede caer en la pereza y apatía.
Debemos evitar esa circunstancia, intentando amenizar los momentos de diálogo de grupo en esta parte, procurando explicar lo mejor posible los textos y lo que nos quiere decir cada uno de ellos.
Debemos educar a los miembros del grupo en la preparación de las partes del tema, en la lectura previa de los textos, la respuesta a las preguntas que se planteen en las reuniones, y en el respeto y madurez al aceptar las respuestas de sus compañeros. Todo ello ayudará a cumplir con los objetivos que, en cada momento del tema, se plantean.

 

 
 
           
     

Delegación de Pastoral de Adolescencia y Juventud
Arzobispado de Toledo
www.sepaju.org